Noruega y sus fiordos. Y sus casas!

Este año mi hermana cumple 40, y para celebrar esta fecha tan especial nos invitó a los fiordos noruegos en Semana Santa. Nos fuimos cuatro adultos y dos niños de 5 años, del 9 al 14 de abril, vía Málaga con Volotea. 

La oferta de vuelos desde Málaga es tan amplia que pudimos entrar en Noruega por Stavanger y salir por Bergen con la compañía aérea Norwegian. 

Cuando nos pusimos a montar el viaje no teníamos muy claro qué recorrido hacer. Teníamos claro que había que ver Stavanger y Bergen, dos de las ciudades más bonitas de Noruega, pero también queríamos hacer algún paseo en barco por los fiordos, y para ir de una ciudad a otra el recorrido había que hacerlo en coche con Ferry en algunos tramos. Al final, decidimos coger un vuelo interno de Norwegian que por 30 euros hace el vuelo de una ciudad a otra en 35 minutos. Así que no merece la pena pasar casi 5 horas en diversos medios de transporte. 

La temperatura que nos esperaba era de máxima 7-8 grados y mínima -2 por lo que íbamos abrigadísimos. Y también fuimos con la maleta facturada con comida, ya no solo por los precios desorbitados que tiene Noruega (el triple del precio que en España), sino también por los niños. Fue un rollo cargar con la maleta, pero no nos arrepentimos (luego os cuento más).

Primer día: Llegada a Stavanger

Llegamos a Stavanger el 9 de abril (sábado) a las 15.00 horas. Desde el aeropuerto hay un autobús que en media hora te deja en el centro de Stavanger. Caminando, en 3 o 4 minutos, llegamos al apartamento que teníamos reservado a través de booking. Una típica casa Noruega de madera blanca, de salón, baño, cocina y tres habitaciones. La situación perfecta, una calle por encima del barrio Gamle Stavanger.

Dejamos las maletas y salimos a dar un paseo. Comenzamos por Gamle Stavanger, que podríamos decir que es el casco antiguo de Stavanger, compuesto por 173 casas de madera blancas que fueron construidas a finales del siglo XVIII y principios del XIX. 

Son viviendas de antiguos pescadores, que actualmente cuentan con el galardón de ser el conjunto de casas de madera mejor conservado del norte de Europa. 



No se tarda nada en ver ya que no es más que un cogollo de casas repartidas en tres o cuatro calles, que van bajando hasta la zona del muelle. 

Una vez en el muelle, con ambas calles rodeando el agua, dimos un paseo por la calle en la que hay dos tiendas de souvenirs y cruzamos a la acera de enfrente donde están las cinco típicas casas de las fotos, con listones de madera en distintos colores. 



Todas ellas son bares y restaurantes (os señaló en Villa 22, porque es una de las casas de colores que os comento)


Una zona muy bonita que nos tuvimos que imaginar con el bullicio de la gente en el verano, ya que ahora estaba completamente vacía por el aire gélido que soplaba. Dimos un paseo por ambas orillas y luego ya para la casa a cenar, con paso previo por el supermercado. 

Como os comenté el precio es más elevado que en España y a partir de las 6 no venden cervezas, pero bueno para alguna cosa no está mal. 

Segundo día: Stavanger

Iniciamos el día yendo hasta el lago Byparken, que está muy cerca de la zona del muelle. Es muy bonito, rodeado de casitas de madera y hoteles, con cisnes y patos en el agua, zonas verdes con bancos...un sitio muy bucólico. 




Desde el lago nos fuimos dando un paseo hasta el Museo del Petróleo, totalmente recomendable. Un museo muy didáctico y con alguna que otra actividad muy divertida. Además coincidió que la exposición temporal estaba dedicada a los dinosaurios por lo que los niños se lo pasaron genial. 

El Museo está a 7 minutos caminando desde el lago, y la vista del museo desde fuera es preciosa, de estilo moderno. 


Noruega cuenta con una gran reserva de petróleo, lo que ha conducido al país a ser uno de los más ricos del mundo. En el Museo podrás ver todos los tipos de maquinarias para la extracción del petróleo y los oleoductos que se utilizan para su distribución. 

Hay maquetas de estaciones petrolíferas, cápsulas de rescate en las que se puede entrar, y actividades para niños. Está abierto todos los días de la semana. 

Tras la visita al Museo nos fuimos a comer. Hoy teníamos pensado comer fuera y nos decantamos por una hamburguesería que nos recomendó una persona que vive en Stavanger, y la verdad es que pocas veces comimos una hamburguesa tan rica! El precio caro, pero no desorbitado. Cinco hamburguesas, dos de patatas y bebidas unos 85 euros. 

Se llama Hekkan, en la calle Pedersgata 8, y no es nada turística, más bien es de vecinos de Stavanger. La hamburguesa Dirty, Kinki y la básica buenísimas. Os dejo el recorrido desde el museo del petróleo: 


Después de comer nos fuimos a una de las calles más turísticas y llamativas de Stavanger: Ovre Holmegate.


En marzo de 1860 un incendio se llevó por delante más de 200 casas de esta zona. El peluquero Tom Kjorsvik se hizo famoso por dotar de colores vivos a las edificaciones y conseguir que un barrio gris se convirtiera en el Notting Hill de Stavanger para sus vecinos. 

En esta calle se pueden encontrar tenerías, cafeterías, tiendas de decoración, la famosa peluquería de Kjorsvik y la chocolatería Sjokoladepiken.

Haréis seguro más de una foto.

Después de un paseo y huyendo ya del aire gélido que soplaba nos fuimos a casa, a tomar una caña y unas patatitas y a hacer la cena. Como os contaba al principio, tras leer en varios foros lo carísima que es la comida en Noruega y siguiendo las recomendaciones de muchos viajeros, facturamos una maleta en todos los vuelos con comida que llevamos desde España (arroz, macarrones, latas de legumbres, embutido, quesos, etc...). Todo un acierto.

Tercer día: Stavanger por la mañana y vuelo a Bergen

Nuestro tercer día en Stavanger fue completamente distinto y es que al ser lunes se notaba en las calles, en el ambiente, en la gente...

Nada que ver con la soledad del sábado y el domingo. Y es que si vais a hacer este viaje os recomiendo que, al menos en Stavanger, os coincida entre semana. 

Comenzamos el día en el puerto para coger el barco-crucero y hacer el fiordo Lysefjord, o fiordo de las luces. Los cruceros salen a las 10.00 horas del puerto, justo donde la entrada de las tiendas de souvenirs y los barcos son blancos y azules, no tiene pérdida. Hay que llegar 15 o 20 minutos antes porque son muy puntuales. Se paga una vez dentro del barco. 

Se trata de un recorrido de 3 horas en total, sin bajar del barco, por el fiordo del mar del Norte. Fue tallado por la acción de los glaciares en la Edad de Hielo y quedó inundado cuando los últimos glaciares de retiraron. 

El recorrido es muy ameno y el barco reduce la velocidad y suena música clásica al pasar por alguno de los muchos atractivos que ofrece: El Púlpito (Preikestolen), la famosa roca redonda atrapada en una grieta, las casitas de madera a la orilla del mar, cuando al barco se adentra en las rocas dando la impresión de que va a chocar con ellas o cuando se sitúa debajo de una gran cascada y uno de sus tripulantes se acerca con un cubo para coger el agua y luego ofrecerla a los pasajeros en vasitos de plástico. 




Sin duda, merece la pena. Os diría que con hacer un fiordo en crucero es más que suficiente, y este es bueno para vivir esa experiencia. 

Puedes ir en el interior del barco o bien al aire libre en la parte de arriba o en la de abajo. Nosotros, por el frío, optamos por sentarnos en el interior y subir cada vez que el barco reducía la velocidad para contemplar los diferentes atractivos de la naturaleza y hacer fotos. 




Una vez que terminó el crucero, decidimos perdernos por las zonas comerciales de Stavanger, llenas de tiendas de ropa, decoración, papelerías y librerías...todo con muy buen gusto. A pesar del frío, las calles estaban muy animadas y muchas de las tiendas sacaron sus percheros a la calle. 


Fuimos también dando un paseo hasta la Torre Valberg, que está detrás del muelle. Es la edificación más alta de Stavanger y en su día tenía la función de dar aviso de posibles incendios en la ciudad. Hoy es un mirador improvisado, muy bonito la verdad!

Dado que dejamos la casa a las 12.00 horas (y el propietario fue muy amable porque nos dejó que las maletas se quedaran en una zona de limpieza donde el portal), teníamos que comer fuera, y no dudamos en repetir en la hamburguesería Hekkan.

Después de comer, recogimos las maletas y cogimos el autobús hasta el aeropuerto (en unos 20 minutos). El autobús (flybus) se coge en la entrada el Hotel Raddisson, justo en uno de los lados del lago Byparken. Pasa cada media hora, así que no hay problema ninguno y es realmente cómodo. 

A las 17.45 horas salía nuestro vuelo a Bergen, con duración de 35 minutos. A las 18.20 estábamos aterrizando en Bergen, la ciudad en la que más llueve de Europa (tuvimos suerte porque no nos llovió!).


Esta vez cogimos el tranvía. Solo hay uno y hace el recorrido Aeropuerto-Centrum. Nos bajamos en una gran plaza donde está el edificio de Correos y Telégrafos. Desde allí, caminando durante 5 minutos llegamos al apartamento. Maravillada quedé con esta casa

Por fuera preciosa, como todas las casas de Bergen que son de morir! pero es que por dentro era también una pasada! tan bonita y acogedora que nos encantaba cenar allí. 



Dejamos las maletas y nos fuimos directos a dar un paseo por la ciudad. La zona que había detrás de nuestra casa nos encantó! es una especie de pueblo en medio de una ciudad. Parecía el pueblo de Hansel y Gretel. Casitas bajas de colores, zonas verdes, un parque infantil. Un lugar para vivir. 
Dejo marcado en este mapa el apartamento (chincheta roja) y el círculo de la zona de las casitas:



Y si no, ponéis en vuestro móvil la calle Sydneskleiven y llegáis:



Desde aquí fuimos bajando hasta la zona del puerto, sin parar de mirar a ambos lados. Bergen es una ciudad majestuosa, preciosa, que superó nuestras expectativas. Todo el mundo habla del Bryggen con sus casitas de madera de colores, pero la ciudad merece recorrerla bien.




Dimos un paseo por la zona del puerto, la principal de Bergen, callejeamos un rato y luego nos fuimos al apartamento con ganas de explorar la ciudad con luz al día siguiente. 

Cuarto día: Bergen por la mañana y Undredal por la tarde

Iniciamos el día paseado por Bergen, sin plano, perdiéndonos por sus calles, grandes plazas, y sin dejar de mirar a un lado y otro porque no hay casa que no sea preciosa! quedé maravillada con las casas en este viaje.



Bajamos hasta Bryggen, la famosa hilera de casas de madera de colores. Una preciosidad, la verdad. Te quedas minutos observándolas, parecen sacadas de un cuento o de un dibujo infantil. 



Hay muchas tiendas en las que venden las casas de madera como elemento decorativo. Me llevé dos para poner en el apartamento de Ribadesella


Subimos también a la zona en la que se coge el funicular y callejeamos por los alrededores. 




En la zona del puerto hay un edificio rectangular hecho con listones de madera que llama la atención por su arquitectura moderna. Coronado por una gran "I" de información turística es el edificio del famoso Mercado del Pescado, o Torget, y alberga en su primera planta la Oficina de turismo.



Hoy teníamos pensado comer allí, ya que es muy típico el salmón noruego y también queríamos probar la ballena. Ahora bien, el clavo fue importante!!
Entras en el mercado y te encuentras un montón de establecimientos con todo el pescado expuesto, sorprende el llamado Cangrejo Real por su gran tamaño y las diferentes formas de preparar el salmón (plancha, ahumado, marinado...). Lo mejor es buscar a alguien que hable español porque te encuentras un poco perdido sin saber qué pedir, cantidad, precio, etc...



Nos atendió una chica que nos ubicó en una mesa de la terraza acristalada (todo un espectáculo de vista) y nos fue diciendo lo que podíamos pedir. Para que os hagáis una idea, comimos cuatro personas (ya que a los niños les llevamos comida) y pedimos unas lonchas de salmón ahumado para probarlo (nos trajo seis lonchas superfinas y del tamaño de la palma de una mano), un trozo de salmón a la plancha (también del tamaño de la palma de una mano), otro de bacalao a la plancha (de igual tamaño) y un trozo de ballena a la plancha para probar (algo mas grande, como una mano más o menos), y dos de patatas fritas (como se suele decir "para forrar", ya que la comida era bastante ligera). Todo esto, con 3 cervezas y un agua...240 euros!
El precio es abusivo sinceramente, y el salmón tiene el mismo sabor que el de aquí. Mucha gente nos había dicho que no tenía nada que ver con el que comemos en España y sinceramente es igual. Otra cosa será el salmón salvaje...pero nos informaron que sólo lo había cuando era la época y que ahora no lo era. Lo que si que nos gustó fue la ballena. 


Bueno, la comida fue agradable, quizás no vayamos a volver, el sitio espectacular y probamos la ballena. Vale eso 240 euros? pues cada uno que decida. 

Después de comer fuimos tranquilamente hasta el apartamento a recoger las maletas (también nos dejaron un sitio para guardarlas), cogimos el tranvía hasta el punto más cercano a la empresa de alquiler de coches donde teníamos reservados dos para dirigirnos a la zona más rural de Noruega, concretamente a Undredal donde teníamos reservada una casita encima del fiordo
Son dos horas y media de viaje hasta un pueblecito de casas de colores en medio de las montañas y en la línea del fiordo. 

Cuando entramos en nuestra casa no lo podíamos creer! era un sueño!! Sin duda teníamos que haber quedado aquí un día más porque se respiraba relax y naturaleza. (Una anotación: las fotos de booking no dan fe de la casa, ya que mezcla fotos que no son de la casa y que deben ser de algún establecimiento del pueblo). 
Aprovechamos a tope la casa, disfrutando de la terraza sobre el fiordo tanto de noche (envueltos en una manta) como a primera hora de la mañana. 






Quinto día: El tren de Flam

Nada más despertar lo primero que hice fue salir en pijama a esa terraza y ver ese maravilloso paisaje. 

Y por supuesto el desayuno lo hicimos sobre el fiordo. Dimos un paseo por el pueblo y después nos dirigimos en coche a Flam, a unos 15/20 minutos de Undredal. Esta es otra de las excursiones obligadas de Noruega: el tren de Flam.


Os dejo los horarios del tren porque solo hace seis viajes al día. El tren hace el recorrido Flam-Myrdal-Flam. Se trata de un trayecto de una hora (ida y vuelta) sin bajar. Tan solo hace una parada de cinco minutos para ver una cascada. 

El viaje es una experiencia única. Y hay un dato que lo corrobora, y es que mi marido Luis no hace fotos jamás, creo que en cada viaje que hacemos puede hacer cuatro o cinco. Yo sin embargo, vivo pegada a una máquina de fotos. Si algo me gusta y con lo que disfruto es con los viajes, las fotos y la decoración. 
Bueno, pues en el recorrido en tren no se cuántas fotos hizo...pero muchas!!


El recorrido son 20 kilómetros y es una de las obras de ingeniería más importantes del mundo por el desnivel de la vía y por los 20 túneles que se atraviesa. El viaje fue un auténtico espectáculo porque a medida que subíamos el paisaje iba cambiando hasta convertirse en una escena completamente blanca por la nieve y con la cascada completamente helada. Fue de cuento. 





Las entradas se compran al llegar en una casa color granate. Se trata de una explanada grande en la que está la oficina para la compra de entradas, la estación del tren, un par de tiendas (que por cierto merecen una visita porque tienen unas cosas muy bonitas), un hotel y un supermercado en el que compramos unas ensaladas y nos hicimos unos sandwiches ya que al bajar del tren ya era la hora de comer. 


Nos esperaba el viaje en coche de dos horas y media para volver a Bergen. Esta vez no teníamos libre el apartamento de la otra vez y cogimos este que también estaba muy bien. Devolvimos los coches de alquiler e hicimos nuestra última cena en Noruega, ya en pijama en el apartamento, para coger el vuelo al día siguiente a las 11.15 horas. 

Ha sido un viaje maravilloso, nos encantó. Si tenéis pensado ir, iría en verano porque creo que el paisaje de los fiordos va a estar todavía más bonito, y las ciudades tendrán más vida y estarán más animadas; eso sí el tren de Flam no estará con paisajes nevados, pero seguro que será igual de bonito. 

Si necesitáis algún dato más o tenéis alguna duda, ya sabéis que me podéis escribir vía Instagram @cristinacabezaleiva




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