Todos los años desde que nació Candela, hacemos un viaje con los abuelos. Seis adultos y una niña que cada año elegimos un destino. El de este año fue Suecia.
Salimos el miércoles 21 de agosto, en vuelo directo a Estocolmo desde Bilbao, con Norwegian. El vuelo llegaba por la noche, muy tarde, así que decidimos hacer noche en un hotel del aeropuerto.
JUEVES 22 Y VIERNES 23: ESTOCOLMO
Por la mañana nos fuimos al centro de Estocolmo, dejamos las maletas en el hotel y comenzamos a conocer la ciudad.
En el puerto cogimos un barco para hacer un crucero de 60 minutos por Estocolmo admirando sus canales e islas. Una buena decisión para hacernos una primera idea de la ciudad.
Nos decidimos por el Vasa Tour.
Conocimos los principales atractivos turísticos de la ciudad situados en el centro de Estocolmo llamado Gamla Stan.
Puedes pasear hasta llegar a la calle de Västerlånggatan donde encontrarás pequeñas tiendas de souvenirs y restaurantes para poder comer antes de seguir con el recorrido por Estocolmo.
Cruzando Gamla Stan, al sur, la zona de Katarina hay un ascensor con terraza mirador para admirar la grandiosidad de la ciudad.
Merece la pena entrar al hotel de los Premios Nobel y comer en el Museo que lleva su nombre. Comer en Estocolmo es bastante caro, y los restaurantes de los Museos son la mejor opción para hacerlo a un precio asequible, y además no es necesario pagar la entrada para acceder a su restaurante.
En la plaza de Stortorget podrás ver los edificios más bonitos del barrio y pequeñas tiendas con encanto. Después puedes seguir paseando por el centro y subir a la Torre Redonda; una atalaya del s. XVI de gran altura desde donde tendrás una maravillosa vista del centro de Estocolmo.
Drottninggatan es la calle más comercial y va a una plaza moderna donde está la casa de la cultura, arriba en la terraza se come muy bien y a buen precio y hay conciertos y actividades.
Famoso por sus tiendas, y marcas exclusivas de moda y complementos, el barrio de Sodermalm, el antiguo barrio obrero situado al sur de Gamla Stan, se caracteriza por el estilo de las casas, los cafés y los restaurantes; un lugar ideal para hacer fotos. Encontrarás tiendas de ropa, casas de decoración, joyerías, entre otros establecimientos frecuentados por personas de vida bohemia y alternativa.
Te recomendamos que, si no has necesitado ir en transporte público, entres al menos a alguna de las diferentes paradas del metro de Estocolmo ya que es considerado uno de los más espectaculares junto al de Moscú y Lisboa.
SABADO Y DOMINGO EN GOTEMBURGO
El sábado cogimos la furgoneta de alquiler y emprendimos viaje a Gotemburgo: 469 km, 5 horas.
Gotemburgo es muy fácil de recorrer a pie. Tiene alguna cuesta, pero la mayor parte de la ciudad es llana.
Gotemburgo es una ciudad con una importante tradición pesquera. El mercado de pescado cubierto de Feskekorka es la mejor muestra de su relevancia en la ciudad.
El diseño de sus instalaciones se asemeja bastante a una iglesia, (de ahí su nombre sueco que quiere decir: “iglesia del pescado”). Resulta todo un reclamo turístico. El mejor pescado y los mejores mariscos de toda Suecia provienen de la zona de Gotemburgo, donde las materias primas de gran calidad y el consumo de productos kilómetro 0 son conceptos básicos. El lugar para degustar pescados y mariscos de temporada es Feskekörka, que significa "iglesia del pescado".
Construido en 1874, en el peculiar edificio (inspirado en las iglesias góticas) podrás comprar todo tipo de exquisiteces y productos frescos del mar. El lugar, que destaca por su limpieza y orden, además acoge el restaurante Gabriel, un local legendario en la ciudad que en sus 37 años de historia no ha cambiado el menú ni una vez. Aquí sólo se sirven productos de temporada, lo que garantiza una experiencia gastronómica por todo lo alto. No dejes de pedir la sopa de pescado con nata y el pescado del día. Abren sólo a mediodía.
Recorrer las calles del centro de la segunda ciudad más grande de Suecia no podía defraudar. Sus edificios, algunos de principios del siglo pasado; sus calles limpias; sus numerosos árboles; su tranvía; sus bicis…
En pleno corazón de Gotemburgo esta Victoriapassagen, un encantador pasaje con varias boutiques, tiendas de muebles y deliciosos cafés como Da Matteo’s. Si te gusta el chocolate, no dejes de probar los bomboncitos de la tiendecita Flickorna Kanold. Y no dejéis de hacer un descanso en el Café Matteos y de entrar en la papelería que hay enfrente. Es una perdición.
Bueno, toda Suecia es una perdición en papelerías, tiendas de decoración y tiendas de niños. Me lo hubiera traído todo!!
Una zona imperdible es el barrio de Haga, para mi lo mejor de Gotemburgo. Con casitas de madera, fachadas coloreadas, tiendas de antigüedades, boutiques de moda, estilosos cafés, terrazas diseñadas al detalle…
No dejéis de probar los platos típicos de Suecia: la ensalada de gambas y las albóndigas exquisitas.
A los dos minutos de entrar en este minúsculo barrio peatonal, te encuentras de pronto, en un sitio totalmente distinto al resto de la ciudad y con muchísimo encanto.
No dejes de visitar el Café Husaren(Haga Nygata 24), el lugar indicado para probar los mejores Kanellångd (bollos de canela), acompañado por un café y hacer un verdadero fika como cualquier sueco que se precie.
Parte de Haga una zona con muchas escaleras que van a dar a un castillo circular desde el que hay unas vistas estupendas. Merece la pena subir.
Por la mañana cogimos la furgo y emprendimos viaje a Smogen, a 132 km, hora y media.
Y fue como comenzar un viaje totalmente distinto. Las ciudades no dejan de ser otras ciudades europeas más, pero los pueblos de la costa son otra historia.
Casitas de madera en color rojo perfectamente pintadas, todas con vistas al agua, con su embarcadero. Algunas de ellas albergan encantadores restaurantes. De esos pueblitos en los que te apetece hacer fotos en cada uno de sus rincones.
Luego a 13 minutos en coche de Smogen está Hunnebostrand. Se trata de otro pueblecito costero al que se llega recorriendo una carretera panorámica (en sueco utflyktsvägen) que discurre por pueblecitos, bahías y puentes a lo largo de la costa.
Toda la zona de Sotenäs y, Hunnebostrand no podía ser menos, tiene una gran tradición de trabajar la piedra de granito con canteras y artesanos surgidos sobre todo en el siglo XIX. Esto, además de en el paisaje natural, se ve reflejado en las industrias que existieron en la zona y en los museos y exhibiciones que podemos contemplar.
Un lugar interesante en esta localidad es el parque de esculturas de Udden situado en una antigua cantera de granito que se derrumbó.
Udden es un parque de esculturas temporal que cada año renueva sus obras con artistas suecos e internacionales. El parque es un destino cultural desde hace unos años cuando decidió apostar por el arte en piedra en un enclave marítimo. Consta de diferentes estatuas situadas junto al mar así como de un concepto llamado Art up against the walls! donde instalan esculturas en una impresionante pared de granito de 40 metros de altura. Dimos un paseo por este parque contemplando todas las obras de arte y mientras al fondo (a unos pocos minutos caminando) se divisaba el pueblo de Hunnbostrand con sus casitas rojas y blancas de madera.
Se puede ir cerca de Hunnebostrand al parque de animales Nordens Ark (El arca nórdica) abierto entre las 10:00 y las 16:00 todos los días del año. Como dormimos en el hotel del zoo con el alojamiento nos dieron la entrada para el zoo y mereció la pena, solo con las sendas rodeadas de bosques ya merece una entrada. Y además vimos tigres y osos pandas rojos.
MARTES FJALLBACKA
Por la mañana después visitar el zoo, nos dirigimos a Fjallbacka, a tan sólo 30 kilómetros; el pueblo de las novelas de Camilla Läckberg.
Después de ver Smogen y Hunnebostrand no se con que pueblo de los tres me quedaría! Quizás Fjallbacka sea el más completo.
Un icono cinematográfico mundial, Ingrid Bergman, atrae a miles de visitantes. Ingrid a partir del año 1958 a raíz de su matrimonio con Lars Schmidt visitó de continuo Fjällbacka y la isla de Dannholmen. En verano se hacen paseos por Fjällbacka con este tema. Mientras tanto el testimonio queda reflejado en una pequeña placita que divide la nueva y la vieja Fjällbacka.
Merece la pena comer o tomar un café en una de sus terrazas sobre el agua, es una maravilla estar allí sentado sintiéndote parte de ese pueblito.
Un lugar a descubrir en Fjällbacka es la grieta Kungsklyftan que separa el monte Vetteberget en dos. En la parte superior de la grieta se encuentran apresadas tres piedras gigantescas que actúan como tejado de la misma. Dicen que son reductos de cuando todo esto era un enorme lago bajo placas de hielo. Al deshacerse el hielo estas rocas acabaron transportadas a este lugar.
Al otro lado de las piedras, tras pasar por debajo de las mismas, se encuentran las escaleras de acceso a la cima de Vetterberget desde donde podréis disfrutar de espectaculares vistas de Fjällbacka, la antigua Fjällbacka y el hermoso archipiélago.
Llegaba ya el final del viaje, y teníamos que regresar a Estocolmo, con parada para visitar y dormir en Orebro. 299 kilómetros 3 horas y 40 minutos.
Y Orebro es de esos sitios que escoges para hacer una noche en el camino pero en los que no pones muchas expectativas. Y supero las nuestras sin duda. Una ciudad preciosa, amplia, plagada de arte y donde su castillo es protagonista.
Os dejo los hoteles a los que fuimos:
Noche del 21 agosto en aeropuerto de Estocolmo: Good Morning Arlanda
Noches del 22 y 23 en Estocolmo: Clarion Collection Hotel Tapto
Noches del 24 y 25 en Gotemburgo: Best Western Plus Hotel Mektagonen
Noche del 26 en los pueblos costeros: Nordens Ark Hotel
Noche del 27 en Orebro: Mojo Hotel
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