La Isla de Re, un descubrimiento de lugar que hicimos en la Semana Santa de 2013. Si la tuviera que definir con una palabra sería "volver" y es que es un sitio al que quiero regresar entre junio y septiembre, ya que la Semana Santa es una época en la que la isla no despliega todo su encanto ya que lo ideal es recorrerla en bicicleta (está perfectamente preparada para ello) y en Semana Santa el tiempo no invita a ello.
Aprovechamos el viaje para hacer alguna parada en el sur de Francia y luego ya subir hasta La Rochelle y cruzar a la Isla de Re. Se puede ir en coche perfectamente, la distancia desde Asturias (lugar desde el que partimos) es la misma que si vais a Andalucía o Alicante. Aunque si preferís el avión la parada más cercana es Burdeos o La Rochelle, y luego alquilar un coche.
Os cuento nuestro itinerario e información de cada lugar.
Primer día: Gijón-Biarritz
Salimos de Gijón a las 9.00 horas y a las 14.00 ya estábamos en Biarritz para comer. Es un sitio que nos encanta y en cuanto podemos hacer una escapada no lo dudamos. Sus playas, el surf, sus calles, sus tiendas...se respira siempre un ambiente de verano francés que engancha.
Hicimos noche en Biarritz. Siempre que vamos solemos encontrar hoteles a buen precio, eso sí, os recomiendo la zona centro, cerca de La Grand Plage.
En este caso nos alojamos aquí. (65 euros noche habitación doble)
Segundo día: Biarritz, Burdeos, Sarlat
El segundo día pasamos la mañana en Biarritz, luego condujimos hasta Burdeos (dos horas y cuarto), e hicimos una parada para pasear por sus calles del centro.
Después nos dirigimos a Sarlat (dos horas y media). Un pueblo de estilo medieval precioso. Pertenece a Aquitania y está catalogado como ciudad medieval formando parte de la región de los 1.000 castillos (Périgord). Perderse por las callejuelas del casco histórico es toda una experiencia, con edificios medievales y renacentistas.
En cada rincón te encuentras unos restaurantes ideales con terracitas, luz tenue y menús basados en foies y quesos escritos en pizarras.
Nosotros cenamos en "Chez le Gaulois" (en Rue Tourny, 9), un sitio tan bonito por dentro como por fuera. Os lo recomiendo, muy bien de precio.
Merece la pena llevarse alguna tarrina de foie, está exquisito!
En Sarlat nos alojamos aquí. (58 euros noche habitación doble)
Tercer día: Sarlat, La Rochelle:
Después de callejear un poco más por Sarlat durante la mañana, nos dirigimos a La Rochelle. Puerto de la fachada atlántica de Francia, La Rochelle es el punto de salida para ir a la Isla de Re. Es una ciudad grande, pero el centro es accesible para dar un paseo y merece la pena asomarse a su fantástico puerto, uno de los más bellos de Francia.
Destacan los soportales de las casas con entramados de madera y los palacetes en piedra blanca.
Pasamos la noche en La Rochelle para cruzar a la Isla de Re al día siguiente.
Cuarto, quinto y sexto día en la Isla de Re:
Entre La Rochelle y la Isla de Re hay un puente de 3 kilómetros con un peaje que cuesta 16,5 euros en temporada alta y 8 euros en temporada baja.
A la Isla de Re hay que dedicarle como mínimo dos días completos. Fue lo que nosotros hicimos, aunque como os dije al principio, querréis volver a pasar una semana de vuestras vacaciones para disfrutar la isla con calma.
La Isla es un trozo de paz, con una luz mágica, y olor a salitre. Tiene 30 km de largo y 5 de ancho por lo que el transporte ideal para moverse entre los diez pueblos que tiene la isla es la bicicleta. Hay carril bici por toda la isla. Nosotros no pudimos porque el mes de marzo de 2013 fue frío.
Mucho antes de iniciarse la II Guerra Mundial la Isla de Re sirvió como cárcel, y años más tarde se ha convertido en uno de los destinos vacacionales más exclusivos, pero con un toque que la distingue, y es que aquí no hay ruido, cámaras ni gente que se quiere dejar ver, sino todo lo contrario. Se respira mucha tranquilidad, se pasea en bicicleta de pueblo en pueblo, se degustan zumos naturales o helados en sus terrazas de la plaza del pueblo, se acude a los mercadillos o tiendas de antigüedades, y se practica surf en alguna de sus playas.
Destacan las casas blancas con una franja inferior en color gris y contraventanas de madera en azul turquesa, verde o gris. No se admite otro color para no romper con la armonía.
Lo ideal es tomar como base uno de los pueblos de la Isla de Re y moverse desde allí. Nosotros nos alojamos en "Les Bois Flottais", un hotel que había visto en una revista de decoración y que había apuntado en mi libreta de viajes por su en algún momento tenía la oportunidad de visitar. Y la tuve!
Las habitaciones de distribuyen alrededor de dos patios con piscina, tiene un estilo marinero y cottage que no te deja indiferente, y disponen de bicicletas para moverse por la isla. No es barato, pero merece la pena.
La dirección es Rue des Mouettes, 17580 Les Bois Plage en Re.
La Isla se forma de diez pueblos y os voy a contar los imprescindibles para ver.
Saint Martin de Re:
Tiene forma de estrella fortificada; rodeada de murallas, Saint Martin de Re es el lugar con más historia de la isla. Sus murallas en forma de estrella forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y es uno de los pueblos con más vida de la isla, uno de los más transitados.
No será difícil que os encontreis a los burros rastafaris, con largas melenas y pantalones!
Creperies, tiendas de antigüedades, negocios de decoración, heladerías...son algunos de los negocios más típicos que podéis encontrar en Saint Martin de Re. En cuanto a heladerías una parada obligatoria en el puerto de este pueblo es la Heladería "La Martiniere", con una gran cantidad de sabores. Es la más famosa de la isla.
Ars en Re:
Completamente distinto a Saint Martin, Ars en Re es un pueblecito encantador, muy tranquilo, y que figura entre los más bellos de Francia. Su principal característica es su torre de la iglesia en blanco y negro.
Sus calles de casas blancas se llenan de buganvillas y se respira una tranquilidad como en pocos lugares del mundo.
En la plaza principal si queréis tomar algo os recomiendo un sitio muy típico, "La Tour du Senechal", donde venden productos y a la vez puedes sentarte a degustar un zumo de naranja natural.
La Flotte:
No es muy diferente a Saint Martin de Re, aunque si queréis visitar un día un mercado medieval este es el lugar, ya que se celebra a diario.
El sexto día emprendimos el viaje de vuelta. Satisfechos y muy contentos con el viaje, aunque con muchas ganas de volver con mejor tiempo.
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