Chicago: arquitectura en estado puro


CHICAGO. Con mayúsculas. 

Llevaba años con este viaje en mente. Me habían hablado maravillas, aunque siempre le adelantó Nueva York. Siempre teníamos una excusa para ir a Nueva York: "volvemos?", "para ir con Candela mejor que conozca antes Nueva York", "en esta época del año en Chicago va a hacer muchísimo frío"...así hasta seis veces!

Pero coincidiendo que este año es nuestro décimo aniversario, vi la excusa perfecta para sacar unos billetes, aprovechar el puente de noviembre y conocer la ciudad de la arquitectura. 

Reservé los vuelos con Iberia. Siempre los busco en skyscanner y el horario me pareció que encajaba perfectamente. Con salida de Madrid no muy temprano, a las 11.30 horas, y la vuelta perfecta para dormir un rato en el vuelo y comenzar un nuevo día en España, y así luego dormir bien por la noche y ya no tener jet lag. A la ida fueron 10 horas de vuelo, a la vuelta 7. 

Nos fuimos los tres (Candela con 9 años recién cumplidos). 

Salimos un viernes, con llegada a Chicago a las 15.30 horas (hora local), aunque entre aeropuerto, cola de pasaporte, transporte al hotel y demás...no te plantas en la calle hasta las 18.30 horas, y ya estaba anocheciendo. Nos quedamos hasta el martes (aprovechamos la mañana). Es decir, tres días completos y una mañana. Da tiempo más que de sobra para conocer la ciudad. 

Llevaba el viaje bastante trabajado y planificado, con entradas compradas, restaurantes señalados...y por primera vez usé "My Maps" de Google Maps para establecer los recorridos de cada día. 

El hotel también lo elegí de forma concienzuda porque quería que estuviera muy céntrico. Cogí uno al lado de la torre Hancock (llamada ahora 360). Si vais, coged uno entre esta zona y la Torre Sears. Ni más arriba ni más abajo (mirando el mapa), para que estéis céntricos. 

Os cuento el planning con todo lo yo me llevé por si os puede servir:

Viernes Día de llegada:

No llevaba nada establecido para este día porque lo que hicimos fue dar un paseo para tener una primera toma de contacto con la ciudad. 

Cenamos en el "Cheesecake Factory" (está en el bajo de la torre Hancock 360), no se si conocéis esté sitio pero es la perdición! lo hay también en San Francisco, Florida...tienen decenas y decenas de modalidades de tartas de queso (todas exquisitas), pero además se comer/cena genial! todo esta buenísimo y tienen una carta muy extensa y las raciones son enormes. Para nosotros tres con dos cosas y un trozo de tarta cenábamos. Y si no bebéis (que es nuestro caso) en todas partes ponen la jarra de agua con hielo y los vasos, algo que se agradece porque te ahorras la bebida en la cuenta. 


Sábado. Primer día completo en Chicago:

Al lado del hotel teníamos la Torre Hancock, la Water Tower y una pequeña iglesia preciosa (en la que se grabó la boda de la peli de Julia Roberts "La boda de mi mejor amigo"). 

También justo al lado del hotel se encuentra la calle Michigan Avenue (es como la Quinta Avenida de Nueva York, la calle principal de Chicago en la que están todas las tiendas) que se llama también Magnificent Mille, así que comenzamos el paseo desde aquí. Os cuento alguna tienda imprescindible de esta calle: 

  • "Lego" (en el interior de la Water Tower), si sois amantes de los bloques, merece la pena
  • Ralph Lauren: es impresionante, os guste o no este estilo de ropa merece la pena ver la casa por dentro, piso a piso; y en el bajo tiene un restaurante y el café "Ralphs" (una monada!)
  • It's Sugar: la mayor tienda gominolas que vi en mi vida
  • Harry Potter: preciosa y con un merchandising muy bonito, y una cervecería dentro
  • Starbucks Reserve Roastery: un espacio de 3.200 metros cuadrados y cinco plantas. No soy amante de esta franquicia pero si que merece la pena entrar y ver el local, con máquinas antiguas, mecanismos que transportan los granos de café y una puesta en escena espectacular. Desde primera hora de la mañana, se veían las cinco plantas llenas de gente y a última hora hasta se formaba cola en la calle. 



También tenéis Tiffanys, Apple...

Siguiendo la calle Michigan Avenue te lleva hasta el río y el puente DuSable. Al llegar al río la vista es un espectáculo de arquitectura. Impresionante. Domina la escena la Trump Tower y las dos torres (llamadas popularmente como las mazorcas de maíz), con parking en los primeros pisos y viviendas en los otros, y también el imponente edificio Wrigley Building



Una curiosidad sobre el río de Chicago es que cambiaron el sentido del flujo de su agua. Originalmente desembocaba en el lago Michigan, lugar del que se tomaba el agua potable para beber los habitantes de la ciudad. Que el río desembocara allí causaba que todas las aguas residuales fueran a parar a ese agua lo que provocó la muerte de más de 1400 personas de cólera. La solución que encontraron fue cambiar el sentido del agua para que desembocara en Mississippi. Una obra de ingeniería enorme que finalizó en 1990.

Ahí mismo, nada más llegar al puente, hay un puesto con venta de entradas para el "Crucero de la arquitectura". Cogimos un crucero de 90 minutos que sin duda merece la pena. No vais a parar de hacer fotos. 



Una vez que se termina el crucero, sigues caminando la calle Michigan Avenue hasta que llegas a Millenium Park (lo encontrarás a tu izquierda). Aquí está la Cloud Gate (o la llamada "faba"), el sitio más concurrido de Chicago, donde se saca la foto de rigor reflejados en la faba y con el skyline de Chicago también reflejado. 

Esta escultura fue diseñada por el artista británico Anish Kapoor y representa una gota de mercurio líquido. En este parque también está el Pabellón Jay Pritzker, firmado por Gehry, algo que vais a deducir rápidamente por su parecido al Guggenheim o a la Bodega Marqués de Riscal. 

Justo enfrente hay un edificio chulísimo que se llama "Chicago Athletic Association" que en su bajo tiene un "Shake and Shack" muy bonito. Como era la hora de comer aprovechamos para tomar la riquísima hamburguesa del Shake y luego subimos a la segunda planta de este edificio para ver una impresionante sala con chimenea que sin duda te transporta a la Sala Común de Gryffindor en Harry Potter. Una vez arriba nos dimos cuenta que también se podía comer allí, así que podéis echar un vistazo antes y decidiros por uno de los dos sitios. 

Si seguís la calle hacia abajo (es decir en dirección contraria al río, de donde venís) en la esquina con Adams Street, os vais a encontrar con el famoso cartel que da inicio a la histórica Ruta 66, que comienza justo aquí y te lleva hsta la playa Santa Mónica en Los Ángeles. Ahora que lo pienso en esta playa también estuvimos, pero sin hacer la ruta completa y sin niña por aquel entonces!. Todo el que inicia la ruta va a desayunar a "Lou Mitchell's". 

A partir de aquí, cogiendo la calle Adams os adentráis en el distrito financiero. Y os aviso de una cosa, no hay ni un sitio para coger un café o en el que parar a tomar algo!. Esto es algo que me llamó muchísimo la atención. Así como NY es un bullicio continuo, con tiendas, cafés, heladerías, bakerys...Chicago es una ciudad tranquila, residencial, donde se respira la calma y la arquitectura. 

Comenzáis a caminar por Adams Street y os encontráis con el edificio Rookery Building (entrad porque el hall interior es impresionante!), y muy cerca la escultura "Flamingo" del famoso escultor Alexander Calder. 




Y muy cerca veréis la Torre Sears (hoy llamada Willis). Aquí hicimos una parada porque teníamos a las 5 la visita, ya que había sacado con antelación desde España la entrada para subir al piso 103 y vivir la experiencia de estar sobre un cuadrado acristalado (suelo incluido) suspendido en el aire; "The Ledge" se llama. 

Si ya habéis vivido experiencias de este tipo en NY sabréis que hasta que llegas al piso en cuestión hay un previo de imágenes, explicaciones, paneles, etc...pues os diré que la mejor expo, la de este rascacielos. Una pasada como lo tienen montado, había hasta la simulación de un metro haciendo un recorrido por Chicago, personajes famosos de la ciudad, costumbres, gastronomía local.... Merece la pena sin duda la visita. Y luego, hay que añadir que la experiencia fue una maravilla porque ni una cola, ni un tumulto, estábamos prácticamente solos. La vista espectacular y la experiencia acristalada también!



Muy cerca esta "Harold Library Center", una biblioteca pública que solo por fuera ya impresiona por su imponente tejado en verde con figuras de búhos que simbolizan la sabiduría. Nos habían recomendado subir hasta el último piso por lo llamativo del ático acristalado con jardín de invierno, pero había un evento privado y no pudimos visitarlo. 

Desde allí caminamos hasta Jackson Boulevard (hacia abajo mirando el mapa) para ver el edificio "Chicago Board of Trade Building" imponente por su majestuosidad (se rodaron escenas de Batman) y Monadnock Building

Desde allí comenzamos a subir (mirando el mapa) hasta Washington Street para ver "Reliance Building" y Daley Plaza donde está el Picasso de Chicago, una escultura que no tiene nombre y que por lo tanto recibe el de su autor. Si vais en Navidad esta plaza alberga un mercadillo con casitas de madera. Y aquí mismo tenéis los almacenes Macy's con su imponente decoración exterior y en los escaparates, y la tienda GAP (con ofertas muy buenas). 

Seguís subiendo y estáis de nuevo en el puente y el río. Y antes de llegar al río, en la calle Adams Street está el Teatro de Chicago son su famoso cartel vintage (lo vimos también de noche y es más espectacular con las luces de neón encendidas).

Al llegar al río, en el bajo del edificio Wrigley Building que visteis antes está Giraldelli´s, una marca muy famosa de chocolates; un local de dos pisos en los que se puede merendar, y con tienda para comprar chocolates en distintos formatos y helados. 

Nuestro primer día lo dimos por finalizado aquí, aún no estábamos acostumbrados al nuevo horario y nos entró pronto el sueño, así que compramos algo en un super y cenamos en el hotel (por cierto, es el Sonesta Suites Chicago Downtown Magnificent Mille); genial porque cuenta con habitaciones enormes con cocina incluida y espacio de trabajo. 


Domingo. Segundo día completo en Chicago

Iniciamos el día cogiendo un Uber hasta el "Griffin Museum of Science and Industry", que está genial tanto para niños como para adultos. 

Tiene tres plantas. Os recomiendo: Fairy Castle (un castillo enorme tipo casita de muñecas en el que ves todas las habitaciones por dentro), The Idea Factory (un laboratorio diseñado para niños donde experimentan como surge un tornado, como funciona un molino, una balanza...todo interactivo y con agua para disfrutar a lo grande), el submarino U-505 de la Segunda Guerra Mundial, maquetas gigantes de tren, un avión Boing 727 en el que se puede entrar, una zona dedicada al espacio, la interacción con máquinas para crear una avalancha, un tornado o hacer subir un globo aerostático...Y en la tienda hay objetos singulares como comida de astronauta. 




Tras la visita al Museo cogimos un Uber hasta la siguiente dirección "1954 N Halsted Street". Aquí tenéis dos sitios para comer, uno enfrente de otro y ambos con opciones sin gluten. Entramos primero en el "Summer House Santa Mónica", un sitio amplio, estilo californiano, ideal decorado...pero no teníamos mesa hasta una hora después (si queréis comer aquí reservad antes vía web), así que nos fuimos al de enfrente "Small Cheval", también muy original decorado en ladrillo, con un árbol interior, guirnaldas de luces y comida más sencilla, pero he de deciros que el pollo rebozado y crujiente espectacular!! Si pedís helado de postre, que sea para compartir, porque alucinante el tamaño y el peso (debía pesar un kg el vaso!). 



Desde aquí, al salir justo del establecimiento camináis hacia la derecha y cogéis la calle Armitage Avenue hacia el parque Lincoln. Una vez en esta avenida, las calles que vais a ir viendo a vuestra derecha (perpendiculares a Armitage) son taaan bonnitas, que entraréis en alguna para pasearla seguro! son de serie de televisión total, con las casas típicas de dos pisos y escaleras (todas con calabazas decorando, dada la época en la que estábamos). No podía ser más bonito!!!




En pocos metros estáis ya dentro de Lincoln Park


Es el pulmón verde de Chicago y merece la pena la visita. Hay una parte que es un zoo al aire libre y está genial. Podréis ver leones, leopardos de las nieves, cebras, jirafas, alpacas, flamencos, focas...




Tras la visita al zoo fuimos, también dentro del parque, al "Conservatory", una especie de palacio de cristal-invernadero con plantas, flores...todo precioso! es como un oasis!. La entrada es gratuita pero hay que inscribirse antes, yo lo hice unos días antes desde España. Os dejo el enlace.

Desde Lincoln Park nos fuimos caminando al hotel porque de camino había varios sitios interesantes para ver: 

  • Woodey Alley: es un trocito muy pequeño de calle, entre dos calles residenciales de esas que me encantan! (llenas de árboles, con las casas de dos pisos y escalera a ambos lados de la calle). Bueno, pues es la única calle de Chicago que aún conserva el suelo de madera. Hay un cartel allí que lo indica. 
  • Seguir por Astor Street (una maravilla de calle para pasear!) y entre los números 1300 y 1500 es donde viven los más ricos de Chicago. Lo notaréis. 





Una vez que termina la calle Astor Street ya estáis de nuevo en Michigan Avenue, la torre Hancock (360)...

Me llamó muchísimo la atención en toda la ciudad lo cuidado que está todo. La limpieza, la cantidad de flores que hay en las jardineras de las calles y los edificios...está todo perfecto. 


Lunes. Tercer día completo en Chicago.

Hoy nos tomamos la mañana con calma. Teníamos la visita reservada para subir a la Torre Hancock y vivir la experiencia 360 para las 10.30 horas de la mañana. 


Saqué las entradas con antelación desde España. Así que desayunamos en el hotel, y luego yo salí en busca de un café rico. Esto es misión imposible en EEUU, no hay cafés, los del hotel dejan mucho que desear...así que salí bien temprano y a las ocho en punto estaba en "Ralphs", la cafetería de la tienda de Ralph Lauren, para tomar un café. Era la que más cerca me quedaba del hotel y con ciertas garantías de que fuera rico. Y no defraudó, y el sitio mucho menos. Estar allí sentada degustando un café con calma fue un lujo para los sentidos. 


A las 10.15 entrábamos en la Torre Hancock sin saber lo que nos deparaba. Y era empezar la mañana con un buen subidón de adrenalina. 

El previo a la subida a la Torre Hancock está menos trabajada que la de la Torre Sears (hoy Willis), aunque no está mal. La exposición está más dedicada a la arquitectura, tanto de la propia torre como de las otras torres más emblemáticas de Chicago. 


Ahora bien, la experiencia ahí arriba está mejor esta. Si bien en la Torre Willis sales a una caja de cristal suspendida en el aire, aquí la experiencia es brutal! te sitúas de pie al borde de la ventana (piso 94) te agarras con ambas manos a unas abrazaderas que hay ambos lados de la ventana y de repente tu cuerpo se comienza a inclinar hacia delante hasta que quedas mirando al suelo de la calle a decenas de metros de altura. Y esto se repite tres veces. Hay personas que se retiran.


(Estas fotos son sacadas de internet porque allí no te dejaban tener absolutamente nada en las manos, tan solo agarrarte bien.)

El edificio también permite pasear en el interior del piso 94 con una vista 360 grados y al lago Michigan (vista que desde la otra torre no se tiene). También hay un café y una barra con excelentes vistas. 

Si tenéis que elegir una, yo elegiría esta. Y si queréis subir a las dos, haced una de día y otra de noche. Recomiendo la Willis de noche y Hancock 360 de día. 

Tras esta experiencia nos dirigimos hacia el Navy Pier, era la zona que queríamos visitar hoy. Tan sólo hay que ir caminando por Michigan Avenue en dirección al río, y a mitad de camino os encontraréis una señalización con unas escaleras que bajan e indican "Navy Pier". 

Se llega dando un paseo perfectamente. Bueno, no tiene mucho atractivo, la verdad. Íbamos con la expectativa más alta. Está noria, el teatro Shakespeare, un centro comercial, y muchos locales que tenían pinta de estar abiertos en verano con la zona mucho más animada. Pero ¿qué hicimos? por supuesto mejorar el plan!



Así que nos dirigimos a una tienda de alquiler de bicis y cogimos tres bicis durante dos horas (mínimo tiempo que la alquilan). El precio 21 dólares por bici, las dos horas. Y el plan fue perfecto! es una maravilla ir por el carril bici que bordea todo el lago Michigan con agua a un lado y rascacielos al otro. Sin duda, merece la pena este plan, con niños o sin ellos. El carril está perfectamente señalizado, no tiene perdida y puedes hacer tranquilamente unos 15 kilómetros. Y las vistas del skyline son únicas.


Por la tarde dimos otro paseo por la zona centro para ver algún edificio más que nos quedaba.


En toda la zona del centro, está el llamado "L", el metro de Chicago que recorre la parte central por el exterior. Es muy llamativo verlo entre los rascacielos. 

En el rascacielos de la CBS resulta que hacen los informativos a pie de calle. Nos pareció del todo original y más aún cuando entre noticia y noticia el presentador nos saludó!


Martes. Aprovechando la mañana antes de nuestro vuelo por la tarde.

El vuelo a España lo teníamos a las 17.40, lo que implicaba salir del hotel en un Uber a las 14.00 horas. Decidimos aprovechar la mañana con dos planes que nos quedaban: uno era conocer la "ciudad paralela de Chicago". Y es que la ciudad tiene otra cubierta para los meses más fríos de invierno. Esta ciudad cubierta (que no es subterránea, salvo para coger el tren o metro) tiene entradas directas a los hoteles y a los edificios públicos, restaurantes, cafeterías, tiendas, consultas médicas...es toda una ciudad paralela! se llama "Pedway System" y tiene este indicativo.


Nos costó un poco encontrar una entrada que nos diera acceso a ella y al final lo hicimos desde el Hotel Hyatt situado al borde del rio. Una vez dentro ves que hay mas accesos a pie de calle. Fijaros en la tercera foto como se ve la calle en el exterior:




Tras la visita a esta parte tan original de la ciudad cogimos un Uber para conocer Little Italy. Teníamos la expectativa de NY, pero nada que ver. Es una zona residencial, pero con poco "sabor" italiano. No merece la pena a no ser que os sobre tiempo. El paseo fue agradable,  pero sin más. 



Y para despedirnos de Chicago dimos un paseo por Michigan Avenue y comimos una deep pizza en uno de los locales más emblemáticos para hacerlo, sino el que más! La deep pizza es una bomba, es como un quiche relleno de pizza. Gino's East está en una perpendicular a Michigan Avenue, muy céntrico.



A las dos pusimos rumbo al aeropuerto. Si bien el vuelo de ida fueron 10 horas, el de vuelta se redujo a 7 horas por llevar viento en cola (increíble el recorte de 3 horas no?).

Fue un viaje maravilloso, nos encantó. Una ciudad elegante, tranquila, arquitectónicamente de las mejores en las que estuvimos, muy cuidada, muy limpia, muy fácil de caminar, y con un montón de planes diferentes para hacer en ella. Hacíamos una media de 18 km al día caminando. 
Si tenéis alguna duda o pregunta me la podéis hacer sin problema por mi instagram @cristinacabezaleiva




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