Su decadencia tiene un encanto especial y por eso es una ciudad que se visita más de una vez.
Acudimos a Lisboa en varias ocasiones, por ello os dejo una mini-guia para pasar un fin de semana en la ciudad portuguesa.
TARDE DEL PRIMER DÍA:
Los vuelos desde España suelen llegar después de comer. Os recomiendo los alojamientos de las inmediaciones de la Plaza Pombal, un lugar tranquilo y del que es muy fácil emprender camino para comenzar a empaparse de la esencia de esta ciudad.
El recorrido comienza en la Plaza Pombal y termina en la Plaza del Comercio (justo en el Tajo).
El recorrido comienza en la Plaza Pombal y termina en la Plaza del Comercio (justo en el Tajo).
Comenzamos desde la Plaza Pombal y bajamos caminando por la Avenida Liberdade. Una ancha avenida por paso peatonal en el centro y frondosas hileras de árboles. Es la calle en la que se encuentran todas las tiendas.
Muy pronto nos encontraremos con la Plaza de los Restauradores donde se encuentra el magnífico edificio del Hotel Edén.
Seguimos bajando y nos encontramos con la Plaza del Rossio, con el Teatro Nacional y el famoso café Nicola. Esta plaza es uno de los lugares con más vida de Lisboa.
Una vez aquí nos acercamos a la Plaza Figueira (situada a la izquierda según bajamos)con sus pintorescas casas abuhardilladas y con fantásticas vistas del Castillo de San Jorge. Desde esta plaza parten casi todos los tranvías, incluido en número 28 que os lleva hasta el Castillo, concretamente hasta Largo das Portas do Sol con unas estupendas vistas de la ciudad y del Tajo y con dos antiguos barrios a sus pies: la Mouraria y la Alfama.
Antes de cenar, merece la pena tomar algo en un peculiar local: "Pavilhao Chinese". Es retroceder en el tiempo y encontrarte de repente en un café-bar de los años 20. Ubicado en una antigua mercería, este café bar es un museo encubierto. Cinco salones con obras de arte y miniaturas de los últimos tres siglos. Soldaditos de plomo, una colección de trenes, aviones de combate, juguetes variados, cartas geográficas y un billar.
Se encuentra en el barrio alto, en Rua Dom Pedro V, número 89. Abre todos los días de 18.00 a 02.00 horas.
Para cenar os recomiendo un sitio al que siempre vamos más de una vez. Hay que ir a la Plaza Rossio y según subís a la izquierda os encontráis con otra plaza de soportales. Ahí, ubicado en la acera de la izquierda está el restaurante "A Calcada", pescados magníficos a un precio irrisorio. No dejéis de probar un plato típico de Lisboa: la alheira. Un embutido frito riquísimo, que luego buscamos en el supermercado para traernos a España.
SEGUNDO DÍA:
No hay mejor opción que comenzar el día con una visita guiada por la ciudad de la mano de New Europe Tours. En todas las ciudades a las que acudimos, siempre miramos si hay este tipo de visitas. Son fantásticas y además gratuitas al inicio ya que al final de la visita cada uno decide cuánto dinero darle al guía.
En este enlace podéis encontrar horario y punto de encuentro de la visita.
Son tres horas de tour a pie en el que os mostrarán lo más característico de cada barrio de Lisboa, incluida la subida en el famoso elevador de Santa Justa.
En el barrio alto de la ciudad podéis tomar un tentempié en el famoso café A Brasileira. Su nombre se debe a que en este lugar se comenzó a vender el café de Brasil. Escenario de tertulias literarias y artísticas por aquí pasaron escritores, pintores y artistas. En los años 80 se inauguró una estatua de bronce que representa a Pessoa sentado en la terraza con una silla vacía a su lado en la que cada día se sientan decenas de turistas.
La tarde es un buen momento para visitar el Castillo de San Jorge, muy bien conservado y que invita a dar un paseo posterior por el barrio de la Alfama.
Para cenar os recomiendo un sitio espectacular. No es el precio de Lisboa (oscila por 35 euros persona)pero merece la pena. Es un sitio como pocos habréis visto. Hay que reservar enviando un mail. El restaurante se llama Kais. Hay que coger un taxi para llegar.
TERCER DÍA:
La mañana del domingo la podéis dedicar a Belém, una visita obligada para quien se encuentre en Lisboa. En la estación de trenes se coge el que os lleva al barrio de Belém. Cuenta con dos joyas: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, dos monumentos que por sí solos justifican un viaje a Lisboa. La ventaja de visitar Belém un domingo es que muchas de sus visitas son gratuitas.
No os olvidéis de los famosos pastelitos de nata de Belém. El lugar más conocido para comerlos es una gran tienda-cafeteria con toldos azules que data del año 1837.Están buenísimos.
De vuelta a Lisboa, parad en la siguiente parada a Belém; se llama "Alcantara". Os bajáis y vais hacia el río, y justo debajo del puente os encontraréis con las Docas de Alcántara. Un ejemplo de reconversión urbanística de una zona industrial convertida en tiendas, pizzerías, restaurantes...a la orilla de un pequeño puerto deportivo. Un lugar ideal para comer tras la visita a Belém.
Lo más importante condensado en un fin de semana. En otro post: los alrededores de Lisboa.
Felicidades por este buen comienzo
ResponderEliminarSeguiremos el blog.Promete ser interesante
Lisboa divina