Divertido. Así calificaría este viaje.
Si Nueva York es la ciudad en la que te puedes encontrar todos y cada uno de los fotogramas de una película, la costa oeste no se queda atrás.
Realizamos este viaje a finales del mes de agosto, viajamos cuatro personas con vuelo desde Madrid a San Francisco (escala en Atlanta).
Una vez en San Francisco, alquilamos un coche en la compañía Dollar. Optamos por un Mustang descapotable para comenzar a sentirnos parte de nuestra propia película americana. Y no defraudó.
Nuestro objetivo era recorrer toda la costa hasta la cuidad de Los Ángeles a través de la Highway 1, la carretera más fascinante de EEUU. Seis horas y cuarto de trayecto en total en la que teníamos ya planificadas varias paradas que os cuento a continuación.
LA PRIMERA PARADA EN SANTA CRUZ:
Típico sitio americano en el que te encuentras un parque de atracciones en pleno arenal de la playa. Allí puedes disfrutar de la montaña rusa para luego caminar hacia el pantalán y contemplar a menos de medio metro los leones marinos con su peculiar rugido.
Aquí paramos a comer en una terraza frente a la playa llamada
"The picnic basket" con una carta basada en sandwiches vegetarianos (todo muy dietético y sin grasas, sorprendente en EEUU).
SIGUIENTE PARADA, CARMEL:
Es el pueblo del que Clint Eastwood fue alcalde y en el que es propietario de un complejo hotelero precioso formado por bungalows y casas de madera, al que se puede entrar sin problema. Merece la pena por las casas, el paisaje y el aire a campestre que se respira. Se llama "Mission Ranch Hotel" y esta en esta dirección:26270 Dolores Street, Carmel By The Sea.
El pueblo de Carmel está ubicado en el condado de Monterrey y es como sacado del cuento de Hansel y Gretel. En este lugar están prohibidas las franquicias, los letreros luminosos, el abuso de la luz en las calles y hasta caminar con tacones por sus aceras.
Hay que recorrer sus calles, pasear y entrar en las tiendas.
Desde Carmel hasta Santa Bárbara la Highway 1 alcanza su máximo esplendor y es que las vistas a los acantilados son impresionantes.
TERCERA PARADA, NEPENTHE:
Merece la pena hacer un alto en el camino para tomar algo en este restaurante-bar que más bien parece un mirador o un lugar en el que sacar un millón de fotos.
Este restaurante antes era una casa que Orson Welles le compró a Rita Hayworth.
Pasamos la noche en un Holiday Inn del Big Sur, totalmente recomendable.
SANTA BÁRBARA:
El viaje continuó por el Big Sur con una primera parada en un supermercado de carretera para coger el desayuno en las típicas bolsas de cartón americanas.
Santa Bárbara nos esperaba con sus calles arboladas, su playa, sus tiendas, sus terrazas...un sitio en el que parece que eres protagonista de una serie americana en la que todo está cuidado al detalle.
Merece la pena pasear sin prisas, hacer alguna compra y tomar un refresco en una de sus terrazas.
MALIBÚ:
Nos llevamos una gran decepción ya que no es más que una carretera con una playa poco espectacular. Aunque guardaba una sorpresa.
Hay que dejar el coche en los parkings que hay en el lado de la playa, pasear por el arenal y dirigirse a la derecha, un poco más allá de la típica caseta de salvamento americana.
Hay que dejar el coche en los parkings que hay en el lado de la playa, pasear por el arenal y dirigirse a la derecha, un poco más allá de la típica caseta de salvamento americana.
Se puede observar una valla entre la arena y el mar que separa dos zonas. Hay que agacharse y pasar esa valla para adentrarse en la imagen que tenemos de Malibú: preciosas casas de madera sobre la arena que bajan directamente al mar. Todas ellas pertenecientes a famosos actores de Hollywood.
Salen unas fotos preciosas paseando por esta parte de la playa.
Se estaba haciendo de noche y el atasco para entrar en Los Ángeles era considerable, pero queríamos hacer una pequeña parada en el paseo de la fama de Los Ángeles, así que dejamos el coche en un parking cercano al Hollywood Boulevard. El vigilante del parking nos indicó que mejor no quedarse mucho tiempo por la zona, una advertencia que nos hizo ir más rápido de lo deseable.
Un paseo sobre las estrellas, un vistazo al Teatro Kodak, alguna foto y unas risas en las tiendas de souvenirs fue suficiente para comprobar que es mejor la imagen que nos venden en la televisión que la realidad de una calle que deja mucho que desear.
La noche la pasamos en el Holiday Inn del aeropuerto de Los Ángeles ya que al día siguiente salía nuestro vuelo con destino a Las Vegas.
RUMBO A LAS VEGAS:
El vuelo desde Los Ángeles tiene una duración de una hora y cuarto, y una vez en Las Vegas hasta el aeropuerto es una casino!
Si hay algo que recomiendo en Las Vegas es alojarse en uno de los hoteles temáticos, ya se el París, el Venecia, el New York...porque es como verdaderamente se vive el ambiente en este lugar. Los hoteles son baratos(110 dólares dos habitaciones dobles en el New York) y las habitaciones gigantes! está claro que lo que buscan es que gastes en los casinos -cada hotel cuenta con uno-.
Tengo que reconocer que me sorprendió muy gratamente; me imaginaba un sitio hortera, con excesos en cada esquina, decadente...y nos encontramos un estudio de Hollywood a lo bestia. Pero muy bien hecho.
Las Vegas es un lugar para recorrer sus hoteles -se puede entrar en todos y merece la pena porque son verdaderos parques temáticos-, darse un chapuzón en las piscinas, fisgar en las tiendas de lujo, ver algún espectáculo y no perderse la exhibición de agua, luz y sonido que cada hora y por la noche tiene lugar en las fuentes del hotel Bellagio.
EL GRAN CAÑÓN:
En las Vegas compramos el día antes el ticket para el Gran Cañón. Se puede
visitar el helicóptero o en avioneta. Nosotros optamos por la avioneta. Te recogen (y devuelven)en el hotel con un autobús que te deja en el aeródromo del Gran Cañón.
Te pesan, te toman los datos y te hacen firmar un documento antes de subir a una avioneta de unos 20 pasajeros más el piloto.
A través de unos cascos se sigue una visita guiada que sobrevuela el Gran Cañón, el río Colorado y la famosa presa Hoover.
Impresionante.
Después de la visita, y ya por la tarde cogimos un vuelo desde Las Vegas a San Francisco que era nuestro próximo destino (viaje en otro post). Duración de hora y media, precio por persona 92 euros.
Te pesan, te toman los datos y te hacen firmar un documento antes de subir a una avioneta de unos 20 pasajeros más el piloto.
A través de unos cascos se sigue una visita guiada que sobrevuela el Gran Cañón, el río Colorado y la famosa presa Hoover.
Impresionante.
Después de la visita, y ya por la tarde cogimos un vuelo desde Las Vegas a San Francisco que era nuestro próximo destino (viaje en otro post). Duración de hora y media, precio por persona 92 euros.




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